jueves, 28 de enero de 2010

Honor.


Ayer empecé a leer El Maestro de Esgrima, de Arturo Pérez-Reverte. Debo confesar que las primeras páginas me parecieron un tanto tediosas, pero como a mitad del primer capítulo quedé totalmente enganchada.

Y es que, uno de los temas que más trata el autor en ésta obra -y según Wikipedia, en todas sus obras- es el honor.

Soy aficionada a la historia de los samurai y al estilo de vida que llevaban. Admiro el código Bushido y la manera cómo los samurai lo vivían. Es inevitable para mi leer ésta novela y no pensar en ellos.


Será una cuestión de floretes y katanas? Lo dudo. Para mi, es mera casualidad y no algo exclusivamente de espadachines.


Dentro de la filosofía de los 7 hábitos de las personas altamente eficaces de Stephen Covey, se encuentra realizar un enunciado de misión personal. Yo, personalmente, no leí ese libro, sino el de su hijo, Sean Covey. Cuando lo leí, decidí establecer como enunciado de misión personal las siete virtudes del código Bushido.


1. Rectitud / Justicia

2. Coraje / Valentía

3. Benevolencia / Generosidad

4. Respeto / Educación / Buenos modales

5. Honestidad

6. Honor

7. Lealtad / Fidelidad


Y una de las cosas que más me emociona sobre El Maestro de Esgrima, y que me hacen identificarme tanto con el personaje principal, es que él valora e intenta cumplir estas siete virtudes.


A continuación, algunas citas que me han llamado la atención hasta el momento, especialmente del capítulo cuarto.

“Hay que conservar una serie de valores que no se desprecian con el paso del tiempo. Lo demás son modas del momento, situaciones fugaces y mutables. En una palabra, pamplinas”.

” - A todo se acostumbra uno, especialmente cuando ya no hay otro remedio. Si hay que pagar, se paga; es cuestión de actitudes. En un momento de la vida se toma una postura, equivocada o no, pero se toma. Se decide ser tal o cual. Se queman las naves, y después ya no queda más que sostenerse a toda costa, contra viento y marea.

- Aunque sea evidente que se vive en el error?

- Más que nunca en ese caso. Ahí entra en juego la estética.

- La estética del error. Bonito tema académico!… Habría mucho que hablar sobre ello.

- No estoy de acuerdo. En realidad, no existe nada sobre lo que haya mucho que hablar.

- Salvo la esgrima.

- Salvo la esgrima, es cierto.”

“El placer no sólo se encuentra en el exterior […] También puede hallarse en la lealtad a determinados ritos personales, y más aún cuando todo lo establecido parece desmoronarse alrededor de uno.”

“…yo sólo aspiro a que me dejen en paz […] Ignoro si eso es compatible con la honestidad, pero en realidad sólo pretendo ser honesto, se lo aseguro.Honorable, Honrado. Cualquier cosa que tenga su etimología en la palabrahonor.”

“Una buena muerte justifica cualquier cosa. Incluso cualquier vida.”


Son frases que se le escucharían a cualquier verdadero caballero, hombre de honor, esgrimista o samurai. A cualquier persona que esté lo suficientemente comprometida consigo misma y con el papel que desempeña en la sociedad, y esté orgullosa de ello.

Si me preguntaran en éste momento qué quisiera ser cuando sea grande no lo pensaría dos veces: Quiero ser como Don Jaime Astarloa. Quiero ser un samurai moderno. Un samurai en el siglo XXI.


Espero poder contemplar mi vida desde el lecho de mi muerte y sentir la satisfacción de la lucha diaria por conseguir dominar el código Bushido. Tal vez no lo logre. Pero el día a día es lo que me hará sentirme viva, incluso al momento de mi muerte. Es allí cuando podré apreciar si mi vida fue llevada con honor.

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